Amenaza de bomba en el aeropuerto de El Calafate: evacuación, demoras y un detenido
La tranquilidad matutina en el Aeropuerto Internacional Comandante Armando Tola de El Calafate, provincia de Santa Cruz, se vio interrumpida este viernes por un incidente que generó tensión e incertidumbre. Un turista brasileño afirmó tener una bomba en su equipaje mientras se preparaba para embarcar en un vuelo de Flybondi, lo que obligó a la evacuación completa de la terminal aérea.
Evacuación y despliegue de emergencia
El episodio ocurrió alrededor de las 9:18 horas, momento en que el ciudadano extranjero, aún por razones desconocidas, le dijo al personal de la aerolínea Flybondi que llevaba material explosivo en sus pertenencias. Inmediatamente, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) activó los protocolos de emergencia y evacuó a unos 200 pasajeros hacia la playa de estacionamiento del aeropuerto.
Además del despliegue de la PSA, también intervinieron autobombas de la Policía Federal Argentina (PFA) como parte del protocolo del Sistema de Extinción de Incendios, según confirmó la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
El resultado de la inspección
A pesar de la alarma, no se encontró ningún artefacto explosivo en el equipaje del pasajero. Tras la inspección, las autoridades liberaron la terminal aérea alrededor de las 10:30 horas, permitiendo que se reanudaran las operaciones normales en el aeropuerto. Sin embargo, el turista brasileño fue detenido en el acto y quedó a disposición de la Justicia.
Posibles cargos y consecuencias legales
El pasajero podría enfrentar cargos bajo el artículo 194 del Código Penal Argentino, que establece sanciones para quienes interrumpan el funcionamiento de transportes y servicios públicos. Las penas por este tipo de delitos pueden incluir hasta tres meses de prisión, lo que deja en evidencia la gravedad de este tipo de amenazas, incluso cuando resultan ser falsas.
Demoras en los vuelos durante el feriado
El incidente generó retrasos significativos en varios vuelos, afectando especialmente a los pasajeros que habían programado viajes al inicio del fin de semana largo. Las compañías Flybondi, Aerolíneas Argentinas y LADE tuvieron que reprogramar sus salidas, causando molestias entre los usuarios.
Algunos de los vuelos afectados fueron:
LADE a Río Gallegos: programado para las 9:50, despegó finalmente a las 11:03.
Aerolíneas Argentinas (AR 1839) a Buenos Aires: debía partir a las 10:30, pero lo hizo a las 11:22.
Flybondi 5545 a Ushuaia: salió con 20 minutos de demora, despegando a las 11:30.
AR 1841 hacia Aeroparque: reprogramado para despegar a las 11:53, en lugar de las 11:30.
Un antecedente reciente: alerta en pleno vuelo
Este episodio no es el primero de su tipo en el último tiempo. A principios de septiembre, un vuelo que partía de Ushuaia tuvo que regresar al aeropuerto minutos después del despegue por una amenaza similar. En esa ocasión, otro turista brasileño denunció que su acompañante, el legislador libertario Agustín Coto, estaba mirando un video sobre cómo armar bombas.
La tripulación activó el protocolo de seguridad y comunicó el incidente a la torre de control, provocando el retorno inmediato del vuelo. El avión aterrizó a las 16:50 y fue inspeccionado por agentes de la PSA con la ayuda de un perro especializado en explosivos. Tras revisar a los 56 pasajeros a bordo, no se encontró ningún artefacto y el caso pasó a manos del Juzgado Federal de Ushuaia.
El hecho trascendió rápidamente en los medios luego de que la actriz Carmen Barbieri y el periodista Marcelo Polino, quienes viajaban en ese vuelo, contaran su experiencia en televisión.
Conclusión: Un incidente que pudo ser grave
Aunque la amenaza de bomba en El Calafate resultó ser falsa, la situación generó tensión entre los pasajeros y dejó en evidencia la necesidad de actuar con responsabilidad en espacios públicos. Estos incidentes, además de provocar pérdidas económicas y demoras operativas, exponen a los responsables a sanciones legales severas.
El hecho también sirve como recordatorio de la importancia de mantener la calma y seguir los protocolos de emergencia en situaciones críticas. Mientras tanto, el turista brasileño enfrenta un futuro incierto bajo la lupa de la Justicia argentina.