Maisie Almond, una adolescente británica de 14 años, falleció inesperadamente tras sufrir un intenso dolor de estómago que se agravó rápidamente. A pesar de que fue llevada de urgencia al hospital, la situación escaló de manera trágica, culminando en la muerte de la joven, que tenía toda una vida por delante y grandes sueños por cumplir.
Según sus familiares, Maisie era una chica saludable, lo que hizo que su repentina muerte resultara aún más desconcertante. Todo comenzó el 15 de septiembre, cuando regresó a su casa después de haber realizado tareas de voluntariado en una tienda benéfica. En ese momento, la adolescente empezó a quejarse de fuertes dolores abdominales, que con el tiempo se volvieron insoportables.
Preocupados por el estado de su hija, sus padres decidieron llevarla a la guardia médica para que le realizaran estudios. Inicialmente, creían que se trataba de algo pasajero. “Pensamos que solo era un virus estomacal que se transmite en la escuela y que con un día de descanso estaría mejor”, relató su madre. Sin embargo, los días pasaban y el malestar no desaparecía.
La enfermedad que causó la muerte de Maisie
A pesar de las numerosas pruebas realizadas por los médicos, el diagnóstico no llegaba, y el estado de Maisie continuaba empeorando. Finalmente, los especialistas descubrieron que la joven sufría de insuficiencia hepática aguda, una condición grave que requería un trasplante de hígado de manera urgente para salvar su vida.
Con la esperanza de darle una oportunidad de sobrevivir, Maisie fue puesta al tope de la lista de espera de donantes. Afortunadamente, lograron encontrar un hígado compatible. Sin embargo, el deterioro de la adolescente fue tan rápido que, a pesar de los esfuerzos médicos, no resistió.
Los médicos indicaron que, de haber recibido el trasplante apenas un día antes, Maisie podría haber tenido una oportunidad de sobrevivir. Lamentablemente, la intervención llegó demasiado tarde, y la joven falleció el 2 de octubre, dejando una profunda tristeza en su familia y amigos.