Trastornos Alimentarios: el impacto en la salud física y emocional, y cómo ayudar desde casa
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) afectan profundamente tanto el bienestar físico como emocional de quienes los padecen, especialmente jóvenes y adolescentes. Entre los TCA más frecuentes están la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, cada uno con síntomas específicos que requieren una atención integral.
La anorexia nerviosa se caracteriza por una restricción severa de alimentos y una percepción distorsionada del propio cuerpo. La bulimia nerviosa involucra episodios de ingestas compulsivas seguidas de conductas compensatorias, como el vómito inducido o el abuso de laxantes. En el trastorno por atracón, la persona experimenta episodios de ingesta rápida y excesiva, acompañados de culpa o vergüenza, aunque sin medidas compensatorias.
Cada uno de estos trastornos necesita un tratamiento especializado y un equipo interdisciplinario que incluya psicólogos, nutricionistas y médicos, quienes trabajan en conjunto para mejorar la calidad de vida del paciente y ayudarle a superar la enfermedad.
Señales de alerta para padres
Los TCA se manifiestan primero en los pensamientos y emociones, y luego en la conducta. Según la licenciada en Psicología Lucía Beresñak (MN 50.730), especialista en trastornos alimentarios y directora de CAMINO Trastornos Alimentarios, las primeras señales pueden incluir:
- Interés excesivo en temas de nutrición y control de la alimentación.
Necesidad de cocinar o manejar la comida en casa. - Evitación de comidas familiares o deseo de consumir alimentos distintos al resto.
- Restricción de ciertos tipos o cantidades de alimentos.
- Malestar gastrointestinal recurrente.
- Aumento en la actividad física o dependencia de esta.
- Aislamiento social y pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban.
- Síntomas físicos como cansancio, caída del cabello, uñas frágiles, mareos y, en las chicas, falta de menstruación.
La detección temprana de estas señales permite una intervención más eficaz, y es fundamental que los padres puedan dialogar abiertamente y sin juzgar para facilitar que el joven exprese sus preocupaciones.
El rol de la familia en la prevención
Dado que los TCA tienen un origen multicausal, el entorno familiar puede ser un factor de riesgo o un protector. Los ideales de belleza extremos y las conductas dietéticas restrictivas en casa pueden agravar los trastornos alimentarios. Para prevenirlos, Beresñak recomienda:
Ser modelo de una relación saludable con el cuerpo y la alimentación.
Evitar juicios sobre el aspecto físico de uno mismo o de otros.
Fomentar el respeto hacia todos los tipos de cuerpo y enseñar que el valor personal no depende de la apariencia.
La psicóloga también enfatiza la importancia de promover un ambiente familiar donde el diálogo sea la norma y se cultive la autoaceptación.
Redes sociales y la presión de los ideales de belleza
El impacto de las redes sociales es innegable en la formación de los ideales de belleza y en la percepción del cuerpo. Según Beresñak, estos medios presentan “vidas y cuerpos aparentemente perfectos” que llevan a comparaciones dañinas. “Hoy, estos ideales no solo están en revistas, sino que los jóvenes los ven constantemente en sus manos, a cada momento”, explica.
Para minimizar el impacto negativo de estos ideales, Beresñak sugiere a los padres participar activamente en el uso de redes de sus hijos, revisando el contenido juntos y señalando cuando el material en redes puede afectar la autoestima.