Nuevo capítulo en la saga Acevedo: detención, violencia y un ojo perdido
La noche del lunes pasado, el estadio Monumental de Tucumán fue escenario de un nuevo capítulo en la saga de la familia Acevedo, una de las más conocidas en el ambiente futbolístico local. Sergio «Chupete» Acevedo, histórico miembro de la barra brava de Atlético Tucumán, fue detenido tras un altercado con la policía, mientras que su hermano Javier «Jazo» sufrió un brutal ataque en la cárcel, perdiendo un ojo.
El conflicto se inició cuando «Chupete» intentó ingresar bebidas alcohólicas al estadio para venderlas, lo que desencadenó una violenta discusión con los efectivos policiales. Tras ser detenido, fue liberado provisionalmente a la espera de una resolución judicial.
Sin embargo, la violencia no terminó ahí. Mientras se encontraba detenido, «Jazo» Acevedo fue atacado por otros internos, resultando gravemente herido y perdiendo un ojo. Su abogado denunció las precarias condiciones carcelarias y la falta de atención médica.
Este nuevo episodio ha puesto en evidencia la compleja situación que atraviesa la familia Acevedo, marcada por una historia de violencia y enfrentamientos con la justicia. «Chupete» Acevedo, condenado por homicidio en el pasado, ha sido protagonista de numerosos incidentes, mientras que «Jazo» también ha tenido varios encontronazos con la ley.
La venta de bebidas alcohólicas en los estadios es un problema recurrente que ha generado numerosos conflictos en el fútbol argentino. En el caso de Tucumán, esta práctica ha sido fuente de violencia y enfrentamientos entre barras bravas y fuerzas de seguridad.
Las autoridades deberán investigar a fondo estos hechos y tomar medidas para garantizar la seguridad tanto de los hinchas como de los jugadores. Además, es necesario abordar el problema de la violencia en el fútbol desde una perspectiva integral, trabajando en conjunto con los clubes, las barras bravas y las fuerzas de seguridad.