Las extremas lluvias que inundaron por primera vez en 50 años grandes áreas del desierto del Sahara contrastan fuertemente con la grave sequía que azota al sur de África, donde millones de personas enfrentan una posible catástrofe humanitaria por la falta de recursos. Así lo advirtió este martes el Programa Mundial de Alimentos (PMA), destacando la creciente urgencia de abordar ambas crisis climáticas en el continente.
En el Sahara, un lugar conocido por su aridez extrema, se vivió un fenómeno muy inusual. Desde finales de septiembre, lluvias torrenciales bañaron el sudeste de Marruecos, generando imágenes insólitas de inundaciones en pleno desierto. Este suceso se debe a un sistema de baja presión que se desplazó hacia el noroeste del Sahara, provocando precipitaciones históricas.
Lluvias históricas en el Sahara
En apenas dos días, cayó tanta agua como la acumulada en la última década, algo que no sucedía desde hace más de 30 años. Según el meteorólogo marroquí Houssine Youabeb, lugares como Tagounite, en el sur de Marruecos, registraron hasta 100 milímetros de lluvia en tan solo 24 horas, una cifra impresionante para una de las zonas más áridas del planeta.
Este raro fenómeno ha reavivado el debate sobre los efectos del cambio climático. Aunque aún es temprano para atribuir directamente este evento a dicho fenómeno, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que el aumento de las temperaturas globales está haciendo que el ciclo del agua sea más impredecible, intensificando tanto los excesos como las carencias de lluvia. Esto podría aumentar la frecuencia de eventos extremos como el que acaba de vivirse en el Sahara.
Incluso, algunos estudios recientes han revelado que un desplazamiento hacia el norte de las nubes y las lluvias en la región cercana al Ecuador ha provocado un aumento de vegetación en algunas zonas del desierto. No obstante, este fenómeno de «reverdecimiento» está acompañado de otras consecuencias, como el riesgo de inundaciones en áreas donde antes apenas caía agua.
La otra cara de la crisis: sequía extrema en el sur de África
Mientras las imágenes del Sahara inundado sorprenden al mundo, al sur del continente africano se vive una realidad mucho más preocupante: una sequía histórica que amenaza la vida de millones de personas. Según el PMA, la falta de lluvias y el impacto del fenómeno El Niño han causado la peor crisis alimentaria en décadas, afectando a más de 27 millones de personas en toda la región.
Cinco países del sur de África (Lesoto, Malawi, Namibia, Zambia y Zimbabue) han declarado el estado de emergencia debido a la destrucción de cosechas y ganado, mientras que Angola y Mozambique también están sufriendo las consecuencias de la sequía. En Zambia, se perdió el 70% de los cultivos, mientras que en Zimbabue el porcentaje asciende al 80%.
El portavoz del PMA, Tomson Phiri, explicó que, aunque la organización está distribuyendo alimentos en las zonas más afectadas, solo han recibido una quinta parte de los fondos necesarios para paliar la crisis. Se necesitan al menos 369 millones de dólares para evitar una catástrofe humanitaria de gran escala, pero hasta ahora la ayuda ha sido insuficiente.
La amenaza del hambre
La sequía ha afectado a más de 21 millones de niños en la región, muchos de los cuales padecen desnutrición severa. A medida que la crisis se agrava, las perspectivas no son alentadoras. Se espera que la situación continúe empeorando hasta las próximas cosechas, previstas para marzo y abril del año próximo. Sin una intervención rápida y efectiva, millones de personas seguirán enfrentando el riesgo de hambruna.
En resumen, mientras que el Sahara experimenta un fenómeno sin precedentes con lluvias torrenciales que podrían cambiar su paisaje, el sur de África sufre las consecuencias devastadoras de una sequía prolongada. Ambas situaciones subrayan la creciente imprevisibilidad del clima y la urgencia de actuar ante los desafíos que plantea el calentamiento global.